viernes, abril 21, 2006

La España plural

Entre sus muchas virtudes como político de altura, una de las más llamativas de ZP es la de enredar con las palabras para obtener expresiones que suenan bien y no dicen nada a poco que se rasque la superficie, o bien significan lo contrario de lo que aparentan. Por ejemplo:

España plural = país compuesto por las regiones, nacionalidades, realidades
nacionales, naciones y patios de vecino de España = España confederal
Yo al principio pensaba seriamente que ZP o era tonto o estaba tan maniatado por los partidos nacionalistas (incluído el PSC) que para mantener a flote la legislatura comulgaba con la ruedas de molino que hubiere menester con tal de seguir en La Moncloa. Bueno, pues me equivoqué, lo admito: ZP es muy listo y simplemente cree en lo que hace; y lo que hace es remodelar el estado sin tocar la Constitución utilizando a las autonomías y construir un escenario donde el PP se vea obligado a ganar las elecciones (cualesquiera) por mayoría absoluta si quiere gobernar. El plan es bueno de cojones, siempre y cuando uno esté de acuerdo con el modelo de estado que se apunta en lontananza y con que el PP no vuelva al poder per saeculam saeculorum. Lo más divertido es que estoy convencido de que el concepto de España del 80% de los españoles se parece mucho más al del PP que al de este PSOE - el que gobierna - pero a ver quién le pone el cascabel al gato.

Obsérvese la jugada: si usted no tiene mayoría absoluta en el congreso pero consigue que todos los demás partidos (los tontos útiles de IU más partidos nacionalisas o regionalistas de toda laya) tomen conciencia de un único enemigo común (el PP), no sólo logra que los de este partido se queden fuera de juego, sino que encima aparezcan como los intolerantes, los marginados y los reaccionarios que no quieren unirse al consenso. Lo único que hay que hacer es dar a cada uno lo que pide en la medida justa para que el frente se mantenga. Como dijo Groucho Marx: "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros". Y si encima el adversario no anda lo que se dice muy fino, miel sobre hojuelas.

Lo que no hay que olvidar es que el modelo de estado propuesto por ZP no es más que el famoso federalismo asimétrico del que hablaba Maragall - que es una especie de confederalismo -, y puede que lo mejor para España habría sido asumirlo desde el principio de la Transición. Dos regiones diferentes (País Vasco y Cataluña), y las demás iguales: la España de dos velocidades, si se quiere, pero habríamos evitado esta carrera hacia ninguna parte en la que estamos inmersos; porque no se puede ni se trata de satisfacer presuntas reivindicaciones históricas, es que lo que caracteriza el nacionalismo es la necesidad de la diferencia.

Todo lo demás gira en torno a este cambio encubierto, con las cortinas de humo que sean procedentes en cada momento. Al engendro estatutario catalán ha seguido sin solución de continuidad el alto el fuego de ETA y obsérvese como casi sin darnos cuenta estamos en pleno proceso de paz (ergo estábamos en guerra): el Ibarretxe nerviosito, Otegi de prima donna, curas irlandeses mediando, el PSE firmando documentos conjuntos con Batasuna y el ámbito vasco de decisión por aquí y por allá. Dicho de otra manera: ¿ETA llevaba razón entonces? ¿Va a conseguir dejando de matar lo que no conseguía asesinando? ¿Por qué negociar el fin de ETA (cosa loable) está vinculado desde el principio con este batiburrillo de mesas a varias bandas donde están volviendo a aflorar todas las vergüenzas del plan Ibarretxe pero esta vez con la bendición general a excepción del PP, la AVT y los excomulgados del PSE (Rosa Díez, Gotzone Mora y cia)? Pues ya nos han colado el balón por la escuadra.

Para rematar la jugada, los padres insignes del futuro estatuto andaluz (PSOE e IU) nos declaran "realidad nacional". ¿Para satisfacer alguna demanda perentoria de los andaluces? No, para que diluyéndonos en palabros - marca de la casa - el estatuto catalán pase más desapercibido. La diferencia es que cualquiera con dos dedos de frente sabe que los andaluces no vamos a dar la tabarra nunca aunque nuestro estatuto dijera que somos una república independiente, pero los catalanes se bastan y se sobran con la mitad de lo que llevan en el suyo para mangonear en su política y la del resto de España. Preparémonos, porque si Andalucía es una realidad nacional detrás vendrán todas las demás, excepto quizás Madrid, que ni tiene historia ni tiene ná e igual se declara reino taifa.

Y de propina, enredamos un poco con lo del republicanismo cívico, las comparaciones entre el 31 y el 77, la des-memoria histórica, le damos la patadita lateral a Bono, excavamos otro poquito por la cunetas, dejamos que Guerra ladre para que parezca que hay pluralismo en al partido (aunque luego se baje los pantalones en el Congreso) y ya tenemos la foto completa. El príncipe Felipe que se vaya preparando unas oposiciones, al paso que vamos.

Maquiavelismo del bueno. Y ganando en el último minuto y de penalty. Qué monstruo de tío. Cada vez se parece más a Rubalcaba.

P.D: ayer, en uno de esos actos de onanismo político llamados mítines, nuestro amigo del ansia infinita de paz y del republicanismo cívico proclamó que la derecha - si vuelve a gobernar antes del 2040 - se cuidará mucho de derogar las benignas leyes de la izquierda (él) y volver a subir el caballo de Franco al pedestal (sutil asociación de ideas, aparte de lanzada a moro muerto). Añadió que, por si no nos habíamos dado cuenta, ahora España es un país donde cabemos todos y donde todas las ideas se respetan (no como en la anterior legislatura, que salía uno a manifestarse contra la guerra de Irak y venían los grises y te fusilaban). Bueno, siendo así, si Franco volviera al pedestal no debería molestarle, por ponerle collar al oxímoron.
Y desde la república independiente de Catalonia, el mòlt honorable nos sale con que el estatuto es un pacto entre la soberanía española y la catalana. Pero tranquilos todos, que es constitucional al ciento por ciento.