sábado, enero 30, 2010

Nadal como paradigma

Si algo caracteriza a buena parte de la sociedad española actual es el atrevimiento de la ignorancia y la incapacidad para reconocer la excelencia ajena, especialmente si de españoles se trata. Dicho de otra manera, nos refocilamos más en el fracaso que en los éxitos (suponiendo que éstos hayamos llegado a admitirlos alguna vez), y lo hacemos desde la desinformación, los lugares comunes y una íntima satisfacción de que criticar lo propio es una forma de parecer inteligente. Creer que todo el mundo es igual de mediocre que uno mismo es la forma más sencilla de autoafirmación.

Sirva esta introducción para hablar del presunto declinar de nuestro mejor deportista hasta hace unos meses, Rafael Nadal. Si uno lee los comentarios que dejan los lectores en la prensa digital, por ejemplo a raíz del Open de Australia, puede llegar a las siguientes conclusiones (lo lamentable es que muchos parecen alegrarse de pensarlo):

1) Nadal se dopaba y, como han endurecido los controles, ha bajado en su juego.
2) Nadal sólo es un pasabolas y ahora paga la factura.
3) La culpa la tiene su tío.
4) Nadal no tiene técnica, todos son mejores que él.
5) Nadal tiene que cambiar su forma de juego.
6) Nadal tendría que buscarse alguien que le enseñe a servir.
7) Nadal simula sus lesiones cuando va perdiendo.
8) Federer es mucho mejor.
9) A Nadal le falta humildad.
10) Nadal nunca volverá a ganar torneos.

Las conclusiones reales son otras: la gente no entiende un carajo de tenis y tiene mala leche para repartir, y sobre todo, no hay que leer los comentarios de las noticias. Lo que a uno le apetecería es coger a cualquiera de esos comentaristas deportivos diletantes, agarrarlo por las solapas y decirle:

1) ¿Cómo sabes tú que Nadal se dopaba? ¿Y nadie lo había detectado en los cinco años que lleva ganando torneos, sólo tú, o docto iluminado por la ciencia infusa?
2) Claro, es un pasabolas, los demás se dejan perder. Por eso ha ganado 36 torneos con 23 años que tiene.
3) Nadal es tonto, el pobre, y como no entiende de tenis pues no sabe a qué otro entrenador escoger. Y además, le ha ido siempre tan mal con el que tiene ...
4) Nadal, salvo el servicio, tiene todos los golpes del mundo. Especialmente el drive. Lo único es que a diferencia de otros top 10 tiende a jugar liftado antes que plano, lo cual le favorece en tierra y le perjudica en pista cubierta. Y aún así, ha acabado ganando torneos en pista cubierta con regularidad.
5) Estando bien físicamente y con confianza, el que manda es él en la pista. De hecho, cualquiera que haya visto los torneos de Doha, Dubai y Australia este año habrá comprobado que está mucho más agresivo que en la segunda mitad de 2009 y que hace correr al contrario más que él. La evolución de Nadal a lo largo de los años ha sido desde el juego defensivo y de contraataque al ofensivo, precisamente para proteger su físico.
6) Nadal es un diestro al que le han enseñado a jugar con la izquierda, lo cual le favorece en general pero le perjudica con el servicio, que es el golpe que más depende de la aceleración de la muñeca y no utiliza su mano natural. No es una cuestión tanto técnica como física. Aún así, este año está sirviendo regularmente entre 190-200, lo cual son 20 km. más que cuando empezó
7) Y yo me cago en tu padre.
8) Federer probablemente es el mejor tenista de todos los tiempos. Lo cual le da aún más mérito a las victorias de Nadal sobre él.
9) Sí, lo que más caracteriza a Nadal precisamente es su falta de humildad. Es más o menos el mismo carácter que Mohamed Ali en sus buenos tiempos.
10) Eso ya se verá. Desde luego, no es lo que opinan ni los demás jugadores ni sus entrenadores.

Nadal había empezado el año más que bien, ganando Dubai (exhibición), finalista en Doha (con dos puntos de partido ante Davydenko y un primer set primoroso donde lo dejó 6-0) y bastante fino en Australia, donde se lesionó en el segundo set ante el finalista Murray (por ahora, puede ganarle a Federer mañana y no sería de extrañar).

Lo que Nadal necesita es que le respeten un poco más las lesiones. Cuando tenga continuidad, la confianza volverá, y con ella los torneos. Tanto si eso ocurre como si no, lo mínimo es tener algo de respeto y agradecer las muchas satisfacciones que nos ha dado a los aficionados al tenis. Pero sólo es de biennacidos el ser agradecidos.