martes, julio 07, 2009

"Lo de Garoña". Juan Velarde Fuertes.

Me permito reproducir íntegramente el mejor artículo que he leído al respecto. Agradecería a los discrepantes que formulen sus objeciones en los comentarios.

Lo de Garoña
JUAN VELARDE FUERTES

Lunes, 06-07-09. ABC.

¿Por qué nos tiene que preocupar, y mucho, el asunto de Garoña? En primer lugar por el problema de nuestro autoabastecimiento energético. España depende en más del 80% de sus necesidades, de energía primaria procedente del exterior. Esto nos sitúa en una posición diferente a la de las grandes potencias económicas de la Unión Europea. Pero no sólo es grave por eso, con el añadido de poder ser presionados por países que pueden comprometer nuestra situación estratégica y, por ello, nuestra política exterior. Es que España tiene un muy serio problema en su balanza por cuenta corriente. Debe una y otra vez recordarse que, en los doce meses que concluyen en marzo de 2009, este déficit alcanzaba los 135.900 millones de dólares. Ningún país, salvo Estados Unidos, exhibe una cifra mayor, y por habitante, España está en cabeza. Depender masivamente de importaciones muy cartelizadas con estos desequilibrios, literalmente asusta. En tanto en cuanto eso queda aliviado por centrales nucleares, como la de Santa María de Garoña, ya por el camino de suministros a España, o al exterior, perder ese punto de apoyo es una equivocación mayúscula, y por ello, muy peligrosa.
Pero no es posible ignorar en este sentido la cuestión de la baratura. No en balde Kindleberger indicaba que uno de los puntos de apoyo de un fuerte desarrollo era disponer de energía abundante, de buena calidad y barata. En el caso de la central nuclear de Garoña esta condición de la baratura se da. La generación de electricidad en una instalación nuclear exige una inversión inicial muy alta. Como sabe cualquier alumno del primer curso de una Escuela de Estudios Empresariales, ello obliga a amortizar esa inversión y estos costes repercuten, mucho, en este caso en cada Kwh. Pero las grandes inversiones de Garoña ya están amortizadas, y en ese caso, los gastos corrientes de una central de este tipo, son mínimos. De este modo, como los dueños de Nuclenor son dos grandes empresas energéticas, Iberdrola y Endesa, éstas ven aliviados sus costes si esta central continúa funcionando. No precisan encarecer tanto el conjunto de sus producciones. Esto no es un problema menor. Por ejemplo, se hizo público que la continuidad de la producción de acero en España, por parte de Arcelor Mittal, dependía del precio de la electricidad, y es lógico, y nadie con dos dedos de frente, puede criticar esa postura de una multinacional. Y así sucesivamente con mil procesos productivos, que pasan a ser poco competitivos como consecuencia de que se ofrezca en España energía cara.
No sólo el desequilibrio macroeconómico español es el exterior. También es el del Sector Público. Nuestra permanencia en la Eurozona exige que cese la «crisis del Estado fiscal» -para emplear el famoso título de Schumpeter- en la que hemos caído: un déficit colosal, de alrededor del 10%, criticado por Trichet, y cuyo alivio por vía de recortes del gasto no se percibe, y por el sendero de aumentos impositivos, crea mayor hundimiento de la actividad y, por consiguiente, menor rendimiento de los tributos, y esto sin necesidad de apelar a Laffer. Las energías alternativas que pueden sustituir a Garoña sólo se sostienen con altas subvenciones. Aliviar, no acentuar, ese capítulo pasa a situarse en el terreno de lo correcto.
Un argumento complementario se ha dado para justificar la posibilidad del cierre: que ahora sobra energía eléctrica. Naturalmente que sobra en estos momentos, porque en el mes de abril de 2009, respecto a un año anterior, la producción industrial española ha caído en un 28´6%. De los 42 países que significan algo en la economía mundial, sólo experimente un derrumbamiento mayor, Japón. Esto es, ¿vamos a lograr el equilibrio energético así, con una especie de búsqueda de una perpetua depresión económica? Porque en el momento que comience la reactivación, España mostrará, una vez más, que es un país diferente de todos los de la OCDE. Para lograr un incremento de una unidad de PIB, todos los miembros de esta organización requieren menos de una unidad de energía y, a lo largo del tiempo, esa cantidad energética disminuye. Todos, salvo España, que para generar una unidad adicional del PIB precisa el incremento de más de una unidad adicional de energía, y esta cantidad, ha ido en aumento a lo largo del tiempo. Nadie ha criticado estas cifras del profesor Bécker. Luego, si pensamos en salir de la crisis, es lógico buscar fuentes de mayor suministro energético, nacional y barato. Y he aquí que la respuesta es cerrar un suministro nacional, barato y, nadie lo ha discutido, sin riesgos, porque en ese sentido lo que se ha indicado en el estudio recientísimo del Consejo de Seguridad Nuclear, es incontestable.