sábado, marzo 29, 2008

Siete cosas que no existen

El abrefácil
No se engañe ni deje que lo engañen. Si al abrir cualquier tipo de envase se encuentra con una zona pintada de otro color con la etiqueta "abrefácil", proceda inmediatamente a hacerse con una buena tijera de cocina, soplete, rotaflex o instrumento de semejantes características. El "abrefácil" no existe, es una broma de ingenieros que se ha extendido más allá de sus límites naturales. Hágame caso. Proteja sus dedos y las demás extremidades.

Los tratamientos naturales de belleza de las famosas
Seguro que habrá leído en múltiples entrevistas a bellezones de diversa procedencia y condición la consabida pregunta "¿qué haces para estar tan estupenda?". Las interfectas, en vez de dejarse llevar por la sinceridad, rara vez responderán "mi madre estaba como un queso y se acostó con Cary Grant" o "tetas, 6000 euros, labios, 3000 euros, culo, 3500 euros, entrenador personal de pilates, 3000, etc". Antes bien, se verán impelidas a ayudar a sus potenciales lectoras con respuestas del tipo "duermo mucho", "bebo cuatro litros de agua por las mañanas" o "soy muy feliz". Veeeeeeeeeeeeeeeenga ya, guapa. Lo que tienes se debe a la madre naturaleza y/o a la chequera. ¿O me vas a decir que lo de Rossy de Palma se arregla con un camión de Font Vella?

El váter
Una persona educada y respetuosa con su prójimo tiene baño, va al baño o pregunta por el baño con naturalidad y sin dar explicaciones, pero jamás reconocerá la existencia de nada parecido a "váter", "vaterclós" o "excusado". Las personas que van al váter, aparte de ser unas guarras, tienen una acusada tendencia a detallar el objeto de su visita y a interrogar consecuentemente a los que van al baño sobre sus intenciones. Por tanto, deben ser apartadas de la vida social, precintadas bajo un cordón sanitario y reeducadas hasta que sepan comportarse decorosamente.

Las bragas
Las bragas o "braguitas" no existen. Se usan, se compran, se lavan. Pero no existen. Desconfíe de las mujeres que hablan de ellas en modo alguno. Es muy probable que sean de las que van al váter.

Los artistas comprometidos de derechas
Un artista comprometido es aquél que se declara públicamente como de izquierdas, lo cual es condición necesaria y suficiente (repasar lógica de BUP, apartado de dobles implicaciones). Por tanto, es ontológicamente imposible pertenecer a esa categoría si se es de derechas, se reconozca públicamente o no. Esto es un agravio comparativo, porque ser un artista comprometido da derecho a salir en videos haciendo una cejita con la mano (izquierda, preferiblemente) y llamar imbéciles a los no comprometidos, lo cual siempre es divertido y desahoga más que ir al váter.

Las noticias deportivas en Antena 3
Los informativos de Antena 3 tienen una sección que se llama "Deportes", pero no se engañen. Donde pone "Deportes" quiere decir "Fútbol". Y la mayor parte del tiempo no verá ni un gol, sino más bien interesantes noticias como las elucubraciones sobre los comentarios sobre el debate sobre las declaraciones posteriores a la rueda de prensa del entrenamiento del Real Madrid de los martes, donde Raúl decidió no hablar sobre Luis Aragonés. También sabremos si a Messi le pica una oreja y si Laporta va a prohibir el acceso al Camp Nou a los socios que no hablen catalán.

Heidi
Una niña que vive con un abuelo aislado por motivos desconocidos en medio de los Alpes, que no la cambia de ropa, que hace sonidos misteriosos que la niña no sabe interpretar, que debe fumar droga ya que la interfecta afirma ir en una nube y que el aire huele raro y además tiene un perro que se llama Niebla, sería inmediatamente reclamada por los Servicios Sociales del Estado y habría salido en el programa de Ana Rosa. Por tanto, debemos deducir que Heidi es una leyenda urbana.

miércoles, marzo 26, 2008

Support Spain

Hay que reconocer que los ingleses, cuando quieren, son muy graciosos (aparte de este ejemplo sólo se me ocurren los Monty Python y Oscar Wilde, pero si me esfuerzo igual hay otros).

Como este año ni Irlanda ni Inglaterra van a la Eurocopa, han decidido animarnos a nosotros. No se pierdan el final. Eso sí, tienen una cierta empanada sobre nuestro folklore patrio.

domingo, marzo 23, 2008

Entrevista con Anthony Beevor

(El País, 23-03-08)

http://www.elpais.com/articulo/cultura/violencia/nace/miedo/elpepucul/20080323elpepicul_2/Tes

P.D: Anthony Beevor es militar retirado y uno de los mejores ensayistas bélicos en activo. Entre sus obras más destacadas se encuentran "Stalingrado" y "La Guerra Civil Española". La entrevista versa sobre la segunda y se entiende claramente por qué los autores más objetivos con la historia española reciente, a día de hoy, son los extranjeros (contrastar el tono del entrevistador y el del entrevistado).

martes, marzo 18, 2008

Anda, resulta que había crisis

El País se pasa al lado de los "antipatriotas". Eso sí, justo a tiempo, a saber, después de las elecciones. Espero que en el "nuevo" equipo de Rajoy no incluyan a los que asesoraron a Pizarro en su debate con Solbes.

Pasen y lean.

lunes, marzo 17, 2008

"Subvenciones, maestros y psicopedagilipollas". Artuto Pérez-Reverte

ARTURO PÉREZ-REVERTE XLSemanal 16 de Marzo de 2008

Me sigue sorprendiendo que se sorprendan. O que hagan tanto paripé, cuando en realidad no les importa en absoluto. Ni a unos, ni a otros. Y eso que todo viene seguido, como las olas y las morcillas. La última –estudio internacional sobre alumnos de Primaria, o como se llame ahora– es que el número de alumnos españoles de diez años con falta de comprensión lectora se acerca al 30 por ciento. Dicho en parla normal: uno de cada tres críos no entiende un carajo de lo que lee. Y a los 18 años, dos de cada tres. Eso significa que, más o menos en la misma proporción, los zagales terminan sus estudios sin saber leer ni escribir correctamente. Las deliciosas criaturas, o sea. El báculo de nuestra vejez.

Pero tranquilos. La Junta de Andalucía toma cartas en el asunto. Fiel a la tradicional política, tan española, de subvenciones, ayudas y compras de voto, y además le regalo a usted la Chochona, la manta Paduana y el paquete de cuchillas de afeitar para el caballero, a los maestros de allí que «se comprometan a la mejora de resultados» les van a dar siete mil euros uno encima de otro. Lo que demuestra que son ellos quienes tienen la culpa: ni la Logse, ni la falta de autoridad que esa ley les arrebató, ni la añeja estupidez analfabeta de tanto delincuente psicopedagógico y psicopedagocrático, inquilino habitual, gobierne quien gobierne, del ministerio de Educación. Los malos de la película son, como sospechábamos, los infames maestros. Así que, oigan. A motivarlos, para que espabilen. Que la pretendida mejora de resultados acabe en aprobados a mansalva para trincar como sea los euros prometidos –una tentación evidente–, no se especifica, aunque se supone. Lo importante es que las estadísticas del desastre escolar se desplacen hacia otras latitudes. Y los sindicatos, claro, apoyan la iniciativa. Consideren si no la van a apoyar: ya han conseguido que a sus liberados, que llevan años sin pisar un aula, les prometan los siete mil de forma automática, por la cara. Y más ahora que, de aquí a tres años, con los nuevos planes de la puta que nos parió, un profesor de instituto ya no tendrá que saber lengua, ni historia, ni matemáticas. Le bastará con saber cómo se enseñan lengua, historia y matemáticas. Y más si curra en España: el único país del mundo donde los profesores de griego o latín enseñan inglés.

Así, felices de habernos conocido, seguimos galopando alegremente, toctoc, tocotoc, hacia la nada absoluta. Todavía hay tontos del ciruelo –y tontas del frutal que corresponda– sosteniendo imperturbables que leer en clase en voz alta no es pedagógico. Que ni siquiera leer lo es; ya que, según tales capullos, dedicar demasiado tiempo a la lectura antes de los 14 años hace que los chicos se aíslen del grupo y descuiden las actividades comunes y el buen rollito. Y eso de ir por libre en el cole es mentar la bicha; te convierte en pasto de psicólogos, psicoterapeutas y psicoterapeutos. Cada pequeño cabrón que prefiere leer en su rincón a interactuar adecuadamente en la actividad plástico-formativo-solidaria de su entorno circunflejo, por ejemplo, torpedea que el día de mañana tengamos ciudadanos aborregados, acríticos, ejemplarmente receptivos a la demagogia barata, que es lo que se busca. Mejor un bobo votando según le llenen el pesebre, que un resabiado culto que lo mismo se cisca en tus muertos y vete tú a saber. El otro día tomé un café con mi compadre Pepe Perona –«Café, tabaco y silencio, hoy prohibidos», gruñía–, que pese a ser catedrático de Lengua Española exige que lo llamen maestro de Gramática. Le hablé de cuando, en el cole, nos disponían alrededor del aula para leer en voz alta el Quijote y otros textos, pasando a los primeros puestos quienes mejor leían. «¿Primeros puestos? –respingó mi amigo–. Ahora, ni se te ocurra. Cualquier competencia escolar traumatiza. Es como dejar que los niños varones jueguen con pistolas y no con cocinitas o Nancys. Te convierte en xenófobo, machista, asesino en serie y cosas así». Luego me ilustró con algunas experiencias personales: una universitaria que lee siguiendo con el dedo las líneas del texto, otro que mueve los labios y la cabeza casi deletreando palabras… «El próximo curso –concluyó– voy a empezar mis clases universitarias con un dictado: Una tarde parda y fría de invierno. Punto. Los colegiales estudian. Punto. Monotonía de lluvia tras los cristales. Después, tras corregir las faltas de ortografía, mandaré escribir cien veces: Analfabeto se escribe sin hache; y luego, lectura en voz alta: En un lugar de la Mancha, etcétera». Lo miré, divertido. «¿Lo sabe tu rector?». Asintió el maestro de Gramática. «¿Y qué dice al respecto?». Sonreía mi amigo, malévolo y feliz, encantado con la idea; y pensé que así debió de sonreír Sansón entre los filisteos. «Dice que me van a crucificar.»

Me expliquen lo del aborto

Confieso que me resulta imposible entender que una mujer - especialmente si ha sido madre - defienda el aborto como un derecho inalienable, similar a la educación o a la atención médica. No comprendo donde reside la base ética, si es que existe, porque para ello es imprescindible considerar que el feto es parte del cuerpo femenino, como lo sería un forúnculo, un tumor o un callo. La legislación española contempla tres supuestos, de los que hablaré después, y un límite temporal hasta las 22 semanas de gestación. Para convertir la cifra en rostro, ésto es un feto de 22 semanas:





Yo por más que lo miro creo que no se parece exactamente a un forúnculo. De hecho, ríe, llora, bosteza y reconoce los latidos del corazón de su madre, ente otras cosas. Puestos a hacer metafísica tampoco acabo de entender por qué este ser con una semana más pasa a convertirse en una persona cuya vida hay que proteger. Según he leído, se considera "no abortable" un feto que pueda tener viabilidad fuera del cuerpo de la madre, o dicho de otro modo, la naturaleza humana depende de poder sobrevivir a ambos lados de la vagina. No sé qué opinarían los socráticos de esto.

Respecto a los supuestos que aplican en España, se contemplan el daño físico o psicológico de la madre, las malformaciones del no nacido y el embarazo por violación. En el 99% de los casos, se aplica el "daño psicológico" materno, lo cual es tan amplio que es un aborto libre de facto. Por tanto, me parece a mí que las reclamaciones del izquierdo-feminismo no tienen mucho sentido. Entrando en la casuística en sí, diré que puedo comprender humanamente sus fundamentos en ciertos casos, independientemente de lo que yo haría en semejante circunstancia. A saber:
  • Daños para la madre: si el embarazo o parto pone en riesgo serio la vida de la madre, veo razonable que se opte por la vida de ésta, pero esos casos son los menos en los tiempos que corren. Los más son los "daños psicológicos" que, sintiéndolo mucho, me parecen de un orden por completo inferior a la vida del no nacido.
  • Violación: en los tiempos que corren, una mujer que ha sido violada puede tomarse la famosa píldora del día después, como de hecho hacen muchas adolescentes que no lo han sido. No deja de ser un método abortivo, pero me parece un mal menor impedir un embarazo que ha podido o no producirse en vez de abortar meses después.
  • Malformación del feto: moralmente, considero que el hombre no es quién para disponer de otra vida humana aunque sea imperfecta. No obstante, me parece que este supuesto es lo suficientemente dramático como para no atreverme a juzgarlo.

Creo que el aborto, por muy legal que sea, es una tragedia, y las tragedias es mejor prevenirlas que curarlas. Parece evidente que por mucha presunta formación sexual que se imparta en los institutos algo falla teniendo en cuenta la tasa de embarazos no deseados en adolescentes. Cuando hay demasiados abortos, existe un fracaso social, empezando por el mal uso o el desuso de los anticonceptivos. Por ahí habría que empezar. Lo que me parece inadmisible es que se haya acabado aceptando el aborto como un método anticonceptivo más. Se le podrán dar muchas vueltas, pero se está matando una vida humana, y de formas que nos escandalizarían si lo hicieran con animales (al niño se le descuartiza, literalmente; si tiene estómago, lea esto). Ojo, esto no quiere decir que no comprenda lo traumático de un embarazo no deseado en ciertas circunstancias, pero creo que hay alternativas que no pasan por acabar con la parte más indefensa del problema.

No puedo entender que formaciones políticas que sacan pecho por la ecología, por la abolición de las corridas de toros o por la prohibición de los abrigos de pieles, defiendan con igual ferocidad un extraño derecho contra natura. Menos aún entiendo que ante criminales de lesa humanidad, como el malhadado doctor Morín en Cataluña (que ha efectuado abortos de niños de más ocho meses entre otras barbaridades), esas mismas fuerzas estén más preocupadas por que no se "criminalice" a mujeres que van a declarar en calidad de testigos que de tener a un Mengele suelto. No sé dónde está el progresismo ni el avance social en esta postura.

Quiero creer que dentro de unos siglos, nuestros descendientes - los que queden - lo percibirán con los mismos sentimientos que nos producen a nosotros los sacrificios humanos de los aztecas, las hogueras de la inquisición o el exterminio de niños débiles en tiempos de Esparta.

jueves, marzo 13, 2008

El yermo patrio

¿Por qué cantan tan mal los vocalistas españoles? Es algo que me preocupa, me hace perder el sueño, altera mis biorritmos y perjudica mi calidad de vida. Si somos un pueblo teóricamente aficionado a y dotado para el cante, el baile y el festejo vario, ¿por qué no sabemos cantar? ¿O será quizás que por algún extraño misterio de la naturaleza sólo aquellos que cantan mal se atreven a sacar discos?

(Un inciso antes de seguir: como no quiero herir sensibilidades de los fans y además temo las represalias me van a permitir que a partir de ahora me refiera a los artistas con nombres falsos cuya coincidencia con la realidad sea puro parecido, o como se diga.)

Hay muchas formas de cantar mal. La peor de todas es desafinar, que consiste en dar la nota no dando la nota, valga la contradicción en los términos. Cualquier persona con un oído normal debe ser capaz de detectar cuándo alguien desafina. Un caso extremo es lo que hace Tamara (la Seisdedos), pero mi idea era hablar de cantantes. Como por ejemplo, Carlos Moñi, diz que vocalista del grupo unipersonal Revolver (sin tilde en la o). Puede que dé el pego mientras no trata de adornarse, pero es que la tentación es fuerte y cuando parece que va a acabar bien la canción mete unas florituras fallidas que da gloria oírlas. Aunque claro, aquí se junta lo pretencioso con lo desafinado y no se sabe qué es peor. A este chiquillo le habría gustado nacer en Duluth y patearse la autopista 61 con Woody Guthrie, pero no ha podido ser y se mire por donde se mire la M-30 no da para tanto. Las cosas hay que aceptarlas tal como vienen.

Otro grupo importante de cantantes fallidos son los amanerados, esto es, y aclaro antes de que la censura políticamente correcta elimine mi página, los que teniendo una voz que podría no ser desagradable se empeñan en ocultarla tras una serie de artificios que en el fondo no son más que soluciones técnicas equivocadas. Una de las más frecuentes es pronunciar raro. Qué se yo, algo así como decir "tú no eres mi amigou ... no quiero estar contigou ..." en vez de "amigo" y "contigo". Este estilo ya lo utilizaba con aprovechamiento Gabinete Cagalera, pero su mayor luminaria actual es el Canto del moco, grupo de gran éxito entre los usuarios de Sonotone. Aunque la jefa, la absoluta diosa del amaneramiento vocal es Maya, ex-front-woman de nuestro ex-grupo de más éxito, La Abeja de Van Gogh. Si la de " El canto ..." es una técnica basada en deformar las vocales, la de "La abeja ..." se concentra particularmente en las consonantes: "dim-me dónde has ido, dónde esperas en sil-lencio am-migo, q-quiero estar cont-tigo etc". Todo ello combinado con un estética musical que quedaría cursi en un anuncio de compresas con payaso y todo, y ya es decir. Ahí están, vendiendo discos como churros y empeorando el estado de los diabéticos.

También podemos hablar de una serie de artistas que deprimirían a las vacas, animales de por sí ya proclives a la melancolía y al abatimiento existencial. Basta con tener una voz medio gutural y una pose desvalida para sacar platinos a costa de las quinceañeras. Sin hacer memoria, se me aparece Alex Lumbago, a la sazón euskaldún como la Abeja. Puestos a elegir entre los muchos productos exportados por esta tierra ubérrima, creo que preferiría ir a un mitin de Batasuna que a un concierto de este muchacho. Sólo de pensar en un dúo entre el alegre juglar y la Maya, me entran sudores fríos e incontenibles. ¿Se imaginan? Yo no sólo me lo imagino, es que lo he escuchado y no he conseguido recuperarme anímicamente. Sólo faltaba que se fueran de gira con el expresivo comediante metido a trovador Fran Pedrea, así llamado por la lotería que le ha tocado con algunas de sus novias. Es una clara demostración de que poniendo cara de "eeeh, ¿me lo puede repetir, señorita?" se puede ser un actor de éxito y ligarte a la más guapa de la clase.

Otra categoría notable son los cansinos. Hay dos tipos de cansinos: los que te hartan y los que te duermen, sin que necesariamente canten mal. El más hartible que se me viene a la cabeza ahora es Alejandro Sainz. Que sí, que vale, que hace buenas canciones, que son difíciles de cantar, que todo lo que ustedes quieran, pero después de quince minutos de desgarro vocal a la italiana a mí es se me empiezan a rayar los oídos irremisiblemente. Lo siento mucho, es superior a mis fuerzas. Otro caso análogo es el de la cantante insular Rosa Ana. Si hay alguien que le aguante un disco entero que me escriba y ya le recomendaré un buen psicólogo que le explique que lo del amante en traje de cuero con látigo, por sistema, no es buena opción. Y como no hay tercero malo, añadiré para remachar la idea a Mónica Limonero, un paradigma de cómo desperdiciar una buena voz pegando chillidos.

Entre los cansinos que te duermen no puedo dejar de nombrar a Sole, ex de Presuntos Sospechosos. Canta bien pero como anestésico no tiene precio. Tiene su mérito coger una canción bonita y hacerla tóxicamente tediosa a base de gorgoritos, de acordes disminuídos y aumentados de séptima mayor. Ya sé que estoy predicando en el desierto y que todo el mundo piensa que son muy buenos, pero a mí no me va la música ascensor aunque sea en español. Yo empiezo a escuchar lo de "uuuuuh, cómo hemos cambiadooo" y me entra astenia. Invito a los dos o tres lectores que hayan llegado hasta aquí a comparar la versión original de "La chica de ayer" con la que ha hecho nuestra amiga y me digan si llevo o no llevo razón.

¿Qué decir del grupo de vocalistas cazalleros? Son la más clara demostración de que en la música española no sólo no es impedimento tener la voz de Sara Montiel recién levantada, sino que está bien visto y además a la gente le mola. Porque en España la peña no va a los conciertos a escuchar, va a cantar ella, lo cual me resulta llamativo: pagar para cantar uno mismo y hacerlo con gusto. Para eso se pone uno el disco y le sale gratis. Entre nuestros cazalleros de pro se cuentan Joaquín Sabrina (grandes letras y grandes fobias), Stop A, Extremaduros o La cabra metálica. Entre las féminas, Arraska aún no entra en la categoría, pero le quedan dos telediarios para conseguirlo.

Más terroristas musicales: los engolados (Rafael, Héroes del incendio), los inaudibles desde la tercera fila (Ana Thor Roja, Javier Álvaro, Antonio Brega), los monotónicos (Jarabe del Malo), los minimalistas con ínfulas de intelectual (Manu Ciao), los mitineros (Manu Ciao), los importados (Manu Ciao), los que deberían cantar en francés en vez de hacerlo en español y así no empeorar nuestras estadísticas (Manu Ciao), etc.

En fin, la lista de atentados contra el bello arte de cantar es tan larga que ¿para qué seguir? No querría resultar catastrofista. Al fin y al cabo, hay dos o tres cantantes que no he nombrado, y quien calla otorga,. Podría ser peor: no he contado a los grupos de música alternativa.

Nota del editor: para la realización de este artículo no se ha dañado ningún animal y todos los nombres son ficticios.

Animalitos de la selva

Hastiado y aburrido de la política, y en nombre de más altas empresas como la culturización de las masas anhelantes de sabiduría, hoy voy a hacer un artículo divulgativo que pruebe a las claras que algunos españoles vemos la 2. Vamos a hablar de las fierecillas de la sabana africana, sin tilde.

El primer bicho del que (y al que) me gustaría decir dos palabritas es el ñu. El ñu básicamente es el coño de la Bernarda de la selva, el Forrest Gump de la pradera, lo más parecido a un participante de Gran Hermano en el ecosistema que nos ocupa. El ñu es el equivalente al Burger King para los predadores varios: comida rápida . Si el léon tiene astenia primaveral, si la manada de las hienas está cortita de efectivos o de ganas de cazar, se comen un ñu. El ñu es tan tonto que se empeña en pasar por el mismo sitio donde decenas de sus compañeros han sido ya devorados por los cocodrilos y aún se extraña de que se lo coman a él también. O sea, que si no es tonto es amnésico. Además es feo y tiene unos cuernos mu chicos que no le sirven para nada. Aunque eso sí, el mérito colectivo de haber matado el Rey León le corresponde por derecho propio.

De los cocodrilos es bien sabido que a pesar de que pueden ser bastante grandecitos (más de ocho metros), son más rápidos de lo que parecen. Así que si a uno le persigue un cocodrilo - fuera del agua, se entiende, dentro no hay nada que hacer - hay sólo hay una opción: escapar corriendo en zig-zag (lo cual es rigurosamente cierto) el tiempo suficiente para encontrar un ñu que nos sustituya. El cocodrilo, que es listo a fuer de pasar hambre en la época de la sequía, se irá a por el más tonto de los dos. Esa técnica, claro está, es un arma de doble filo que puede favorecer al ñu.

Los leones machos son otros predadores repulsivos donde los haya. El león, por motivos que no acertamos a explicar, ha gozado siempre de una inmerecida reputación de fiero y noble cuando lo cierto es que no da ni golpe, vive de sus mujeres y se come a las crías de los otros. Bien es verdad que la vida de un león es como la de una gimnasta: media vida entrenando para tener harén, tres o cuatro añitos de gloria y después, una vez derrocado, a ser pasto de las hienas. Las leonas tiene la suerte o la desgracia de vivir siempre en familia, rodeadas de nietas, hermanas y primas. Es de agradecer que no hablen, ya que si lo hicieran no creo que a los leones machos les compensara ejercer de cabezas de familia, por muy regalada que su situación resulte desde el estricto punto de vista práctico.

Y ya que hemos citado a las hienas, debemos recordar al viajero desavisado que, a pesar de su aspecto desgarbado y a su risa histérica, este bicho engaña y tiene la fea costumbre de empezar a comerse a sus presas sin haberlas matado, como los cánidos en general. Vamos, que las descuartiza. A lo mejor por eso se ríen. Si a eso le sumamos su afición a la carroña, debe tener un aliento que pa qué las prisas. Esta evidente falta de modales en la mesa nos lleva a una ineludible consecuencia: si a usted le persigue un león y una manada de hienas, y no hay un ñu a la vista, intente hacerse amigo del león y, si no lo consigue, al menos que se lo coma él y no las otras.

En esta relación ascendente de asquerosidad animal, la palma sin duda se la lleva el bonobo. El bonobo es parecido al chimpancé pero tiene una peculiaridad: se tira todo lo que se mueva, sin distinción de sexo o parentesco. Un grupo de bonobos es la encarnación misma del producto cartesiano sexual: hermanas con hermanos, padres con hijas, hijos con madres, crías con adultos, primos con nueras, nueras con nueras, y así sucesivamente. Sodoma y Gomorra en medio de la floresta. Los naturalistas afirman que estos hábitos los convierten en seres afables y amistosos, ya que el sexo fácil es un vehículo natural para liberar las tensiones que entre otras especies se resuelven a mordiscos. Pero vamos, si un bonobo se muestra amable y amistoso con usted, yo me iría buscando un ñu a modo de contramedida, que fijo que se lo tiran también. Que le pregunten a los mandriles por qué tienen el trasero tan enrojecido y gastan tan mala leche.

Quizás para escapar del acoso de las tribus de bonobos en celo, el veloz guepardo es otro predador al que no sabemos muy bien si envidiar por su velocidad o compadecer por la mala vida que lleva. Una vez más, el caso de las hembras y los machos es muy diferente. El macho va a su bola, se busca la vida y cuando le llega la temporada, se apaña una gueparda y después si te he visto no me acuerdo hasta otro año. A la que le toca apechugar con las crías es a la hembra, que pasa unas fatiguitas de muerte. Por un lado, tiene que salir a cazar, porque es madre soltera, pero por otro tampoco puede irse de ídem porque los cachorros son un buen aperitivo para otros bichos igualmente hambrientos. Así que tiene que ir con un ojo en la gacela y dos en la retaguardia. Y encima la velocidad punta tiene sus desventajas, porque después de un par de carreras fallidas se queda ya hecha polvo para lo que queda de jornada laboral. Porque el ñu, huelga decirlo, le viene un poco grande.

Para terminar, no me gustaría dejarme en el tintero a los que podríamos calificar como cascarones de huevo en este juego un tanto salvaje que es el comer y ser comido: los rinocerontes, los hipopótamos y los elefantes. Como son gordos, grandes y brutos, no hay quien les tosa. Aunque ahí está el homo dicen que sapiens para corregir a la madre naturaleza: a los rinocerontes se les caza porque a su cuerno se le atribuyen propiedades interesantes desde el punto de vista del bonobo; a los elefantes, por el marfil; y a los hipopótamos no se les caza pero se les humilla con cada anuncio de Ausonia elásticos la-la muy absorbentes la-la-la. El ciclo de la vida no perdona.

Podríamos seguir indefinidamente, pero creo que a estas alturas debe quedar meridianamente claro que vivir en la sabana no es ningún chollo. Antes bien, es un estrés que deja en pañales el de cualquier ejecutivo agresivo de medio pelo. La pirámide trófica tiene estas servidumbres. Por tanto, agradezca a todos nuestros antepasados inteligentes y a la evolución el que en vez de tener que estar en estos momentos escapando en zig-zag de un cocodrilo o siendo acosado por un bonobo pueda estar leyendo esto en su ordenador, escapando en zig-zag de hacienda y siendo acosado por su jefe.

Proclamo.

Conduciendo por Sevilla

Preámbulo necesario

Entre los deportes de riesgo que podemos disfrutar los sevillanos sin pagar entrada hay dos al alcance de la gran mayoría de los ciudadanos: conducir o pasear por la muy mariana y muy leal ciudad de Sevilla. Ambos pueden disparar la adrenalina por igual, aunque hoy me dedicaré a analizar el primero de ellos.

Decía un filósofo griego que el hombre obra mal por ignorancia. Si el tráfico en Sevilla es un puro desastre y si como conductores podemos destrozarle los nervios al más templado, sin duda tenemos un problema educacional, atribuible a nuestras autoescuelas, a nuestro carácter o a la capa de ozono. Por tanto, y considerando la función de servicio público que estas páginas pretenden ofrecer, paso a enumerar una pequeña relación de sencillos consejos para que mis conciudadanos tomen buena nota y entre todos construyamos una ciudad más humana y habitable.

Nuestros amigos los carriles

Querido sevillano: a pesar de las creencias más extendidas, las rayitas discontinuas (o continuas) que se encuentran pintadas en el asfalto no son ningún motivo decorativo ni mensaje en Morse. Delimitan un espacio físico por donde es de suponer que usted debe discurrir mientras circula, a ser posible esforzándose en hacer coincidir el centro de su vehículo con el eje imaginario equidistante a las líneas de la derecha y la izquierda, o sea, para que usted lo entienda, por el medio del espacio de marras, que pasaremos a denominar carril. ¿Y cuál es el objeto de este sofisticado invento? Básicamente, que la vía permita circular a tantos vehículos como carriles haya en paralelo, sin estorbarse entre sí y, a ser posible, en velocidad creciente hacia la izquierda.

Ahora que ya lo sabe, comprenderá lo desagradable que es que usted conduzca haciendo caso omiso a lo que todos pagamos con nuestros impuestos, lo que el pintor ha pintado con amor a altas horas de la madrugada quitándose horas de sueño. Dígame pues: ¿por qué se empeña en conducir en zig zag?¿Qué placer encuentra en hacer pasar la línea entre las dos ruedas en vez de poner las ruedas entre las dos líneas? ¿Qué le he hace suponer que el resto del universo puede adivinar sus intenciones si no usa los intermitentes? ¿Por qué aparca en el carril de la derecha? ¿Por qué no pone los "warnings" cuando para a comprar el periódico? ¿Por qué escoge el carril de la izquierda para pasear y el de la derecha para adelantar? ¿Quién mató al Comendador?

Pues eso.

Esas luces de colores

Las farolas verdes de tres colores que hay en los cruces se llaman "semáforos". Tienen cinco posiciones que paso a explicar:

- Rojo: "no pasar. Quieto parao. "
- Verde: "adelante, pase usted. "
- Ámbar fijo: "cuidadín, me voy a poner en rojo. Si está lejos del cruce, vaya frenando."
- Ámbar intermitente: "estoy escacharrao o desconectado, o bien hay mal rollito en las proximidades. Precaución, amigo conductor."
- Apagado: "se ha ido la luz, no me hago responsable de lo que pase".

Desmontemos uno de los grandes mitos: no es preciso esperar diez segundos para arrancar después de que el semáforo cambie a verde. Palabrita del Niño Jesús. Entre otras cosas, porque los últimos de la fila se estresan y pasan el semáforo diez segundos después de que se haya puesto rojo, y así sucesivamente hasta el caos más absoluto. Es el efecto mariposa en escala local.

Tampoco es recomendable ir reduciendo la velocidad paulatinamente mientras se acerca al semáforo, salvo que sea un sádico confeso y le guste dejar al conductor que le sigue acordándose de toda su parentela mientras usted cruza despreocupadamente en rojo y él tiene que detenerse. El efecto se multiplica cuando la reducción de velocidad comienza justo cuando el semáforo ha cambiado a ámbar. Si usted es aficionado a estas prácticas antisociales no se sorprenda de que algún día le disparen por la espalda. Yo negaré haber estado allí.

Las rotondas no son cruces

Seguramente se habrá sentido justamente indignado cuando al ir a atravesar un cruce curiosamente redondo se ha encontrado con que algún avieso ingeniero del ayuntamiento ha colocado un obstáculo circular en el centro del mismo, rodeado por un bordillo y frecuentemente lleno de plantas y otros objetos decorativos. Pues voy a sentir mucho tener que decepcionarle: el cruce en cuestión no es tal y se llama "rotonda". Lo que el avieso ingeniero del ayuntamiento pretende es que usted la rodee en sentido contrario a las agujas del reloj y que, cuando haya decidido qué vía de las que confluyen en la mentada rotonda quiere tomar, utilice el intermitente y se incorpore a la misma. ¿Sencillo, verdad?

De todas las cosas que importan en una rotonda, la más notable es que, independientemente de lo gorda que sea la calle por la que viene o de su arrojo personal, usted no tiene la prioridad. ¿Por qué? Porque esa es la gracia, que la prioridad la tenga el que ya está dentro de la misma, y no el que llega. En conclusión: cuando llegue a un rotonda, párese a no ser que la encuentre vacía, por su bien y el de su aleta izquierda. Y no mire con esa cara de becerro al que le pite por saltarse el ceda al paso.

Sigamos eliminado leyendas urbanas. ¿Se debe señalizar para girar alrededor de la retorta? No. ¿Deben los otros conductores señalizar si su intención es seguir dando vueltas? No. ¿Debo señalizar si me voy a salir de la rotonda? Sí. ¿Debo señalizar si entro en la rotonda con la intención de seguir de frente? Sí, al salir, y además no puede entrar de frente sino rodeando la retorta. ¿Puedo hacer un escrito al ayuntamiento para que quite las rotondas y ponga semáforos? Puede, pero insista en que los sincronicen primero.

Las motitos

En el caso de conducir un ciclomotor la estadística dice que hay elevadas probabilidades de que no alcance unos mínimos de lectura comprensiva para poder entender mis consejos. Por ello, si usted conduce sin casco, si suele llevar en su moto a más de un pasajero, si carece de seguro, si hace caballitos o si estudió la ESO llame a algún adulto en posesión de todas sus facultades mentales para que le lea el resto del artículo y se lo explique despacito.

Dos de los grandes misterios de la civilización occidental son el "abrefácil" y que se pueda conducir una moto sin carnet. Si no fuera así, usted comprendería que existen algunas reglas de convivencia que procede respetar por su propia seguridad y la del resto de conciudadanos que no tienen la culpa de su indigencia intelectual. Como no puedo darle un curso acelerado de dos párrafos voy a proporcionarle algunos rápidos consejos a vuelapluma y, si me lo permite, le hablaré de tú para que sepa que me dirijo a usted:

- Cosas que no son carriles para motos: la línea discontinua que separa las líneas de coches; el espacio entre la fila de la derecha y el bordillo; el espacio a la izquierda de la fila de la izquierda; la acera ; los pasos de cebra.
- Cuándo conviene no pasar: si ves un semáforo en rojo, si ves una señal redonda roja con una raya horizontal blanca en el medio.
- Qué hacer si vas un poco pasadito: pídete un taxi con el dinero que sacas mangando móviles.

La educación, esa desconocida

La educación no es más que la interpretación laica de un sencillo principio: tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros, desde la consciencia de ser todos iguales en nuestra calidad de seres humanos (si procediere). Es un sencillo principio que tiene la facultad de hacer que la vida sea más agradable, menos hosca y más digna para todos.

Partiendo de esta idea, quizás convendría aclarar que, salvo que usted conduzca una ambulancia, un coche de bomberos o un patrullero, o bien tenga alguna urgencia médica, sus derechos y obligaciones en la carretera son idénticos a los del resto de la población. Por ejemplo: no hay ningún motivo por la que nadie deba cederle el paso cuando intenta incorporarse al tráfico o cambiar de carril. Si alguien (un poner, yo mismo) se detiene porque se apiada de su situación, dé las gracias: con un asentimiento de cabeza o un leve gesto displicente con la mano bastará. No sabe la cara de tonto que se le queda a uno cuando después de hacer un esfuerzo amistoso por mejorar la convivencia urbana el beneficiado resulta ser un gañán que se piensa que tiene más derechos que los demás. Recíprocamente, si ve a alguien que quiere incorporarse a una calle atascada, ¿qué le cuesta dejarle pasar, si usted está parado de todas formas? ¿Está estreñido o qué?

Otra cara de la misma moneda: pedir perdón cuando uno hace el tonto. Todos somos falibles, unos más que otros, así que si comete una estupidez que podría haber causado una desgracia, como por ejemplo su asesinato por parte de otro automovilista indignado con las autoescuelas de España, discúlpese. Resulta difícil asesinar a alguien que educadamente pide perdón.

Recuerde: con la educación se va a todas partes, aunque no conduzca ella.