viernes, mayo 08, 2009

Impuestos a la siciliana

(Versión zip de este artículo para gente ocupada: por ejemplo, ésta).

Nuestro bienamado Gobierno de la nación discutible y discutida ha decidido graciosamente privarnos de la publicidad en TVE para poder ver "Águila Roja" sin cortes y de paso atender a una reivindicación tradicional de las privadas, que consideran que la doble financiación de TVE les perjudica. O sea, ¿a quién beneficia la medida? A las televisiones privadas y colateralmente al espectador. Ahora viene lo divertido: ¿quién ha decidido el gobierno que financie la medida? Las empresas de telecomunicaciones. Para ser exactos:

1.- Presupuestos Generales del Estado: 550 millones.
2.- Las televisiones privadas: 120 millones.
3.- Tasa por el uso del espectro radioeléctrico: 240 millones.
4.- 0'9% de ingresos brutos de las telecos: 300 millones.

El apartado 3 también lo pagan las telecos, con lo que la mitad del coste de TVE va a correr de cuenta de un sector que tiene tanta relación directa con TVE como el gremio de toneleros o el de patrones de marina mercante. El argumento de que, por aquello de ofrecer contenidos multimedia, las telecos también se beneficiarán de un aumento de publicidad como las televisiones privadas, es tan falaz como si hubieran decidido que el dinero lo pusiera Telepizza argumentando que ahora la gente va a ver más horas de TV que antes. La única verdad es que el gobierno ha decidido sacar dinero de donde lo hay y le ha tocado la china a uno de los pocos sectores que está capeando la crisis con cierta dignidad. Y lo que es peor: se obliga a empresas bien gestionadas a sostener a otra que no lo está en modo alguno.

Un sector que ha dicho que si esto va para adelante tendrá que trasladar la subida a sus facturas y/o reducir las inversiones. Por supuesto, ya han salido los de FACUA y estas asociaciones de consumidores que se representan a sí mismos amenazando ... a las telecos, claro. Porque a las gasolineras les sube el petróleo y suben los precios. Pero ¡ah! las telecos tienen que competir, a ser posible hasta que se conviertan en ONG's, y tienen "prohibido" repercutir sus aumentos de costes al producto final. De eso se encargan la FACUA, los ayuntamientos, lo gobiernos regionales y el central, la Comisión Europea y, en general, cualquiera que piense que puede sacarles algo de pasta. Los mismos que después exigen inversión.

Sí, trabajo en una empresa de telecomunicaciones. De telefonía móvil, para ser más exactos. Sé de primera mano la pasta inmensa y el tiempo que cuesta desplegar, mantener y mejorar una red decente. Cualquiera que tenga un móvil desde hace unos años tendrá que reconocer cómo han evolucionado tanto los dispositivos como los servicios y, particularmente, las tarifas (planas y no planas). Es más o menos como si por el mismo precio de una bicicleta hace diez años usted condujera un Mercedes hoy día. Todo eso cuesta un huevo de dinero, aunque haya lumbreras como Rubén Sánchez que tienen el morro de decir que es un sector con "escasísima competencia". Una "escasísima competencia" que ya la querríamos ver a la hora de llenar el depósito, comer en un restaurante o encender una bombilla.

Moraleja: si usted tiene una empresa solvente, ajustada en costes, que invierte en I+D y le da de comer a un respetable número de personas, tenga cuidado. Mañana pueden quitar la publicidad de Canal Sur.

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