sábado, julio 10, 2010

Y lo del Estatut acabó como era de prever

Que el Estatut no era constitucional lo sabía hasta el más tonto en el Parlamento catalán cuando se votó. Para los nacionalistas, aprobarlo tenía una lógica aplastante: "si cuela, bien, y si no cuela, mejor, porque tendremos otra excusa para seguir insistiendo en lo nuestro", que es caminar hacia la independencia echando la culpa a los demás. La postura del PSC, entendido como PSOE catalán, se comprende menos, pero se interpreta bastante mejor si tenemos en cuenta que el PSC, a todos los efectos, es un partido aparte del PSOE (que es federal, no lo olvidemos), y es sobre todo C y no tanto PS.

Lo que no debería entenderse en absoluto es que ese Estatut se aprobara en las cortes españolas, si no fuera porque el lumbreras que tenemos por presidente se había comprometido de partida a convalidar lo que saliera de Cataluña y necesitaba los votos de los nacionalistas para gobernar (incluyendo los del propio PSC en este grupo). Para rematar la jugada, tenemos la aprobación en referendum de los ciudadanos catalanes con una altísima participación inferior al 50% del censo.

Que el Tribunal Constitucional haya tardado tanto tiempo en pronunciarse no ha hecho más que empeorar el esperpento y permitir que se cuestione aún más su autoridad. Porque todos estos que se rasgan las vestiduras ahora saben que igual que un estatuto debe aprobarse en el parlamento autonómico, en el Congreso y en referendum, el Tribunal es el garante de que se ajuste a la Constitución, independientemente de todo lo demás. De la misma forma que yo no puedo estar casado con cuatro mujeres aunque consintamos los cinco.

En estos momentos, decenas o centenares de miles de catalanes se manifiestan por Barcelona gritando "Independencia" y pidiendo el ingreso en la CE. Al frente, sus políticos y algún tonto útil como Llamazares, que están dando un mensaje muy interesante al resto de los españoles: nos limpiamos el culo con la Constitución y con las instituciones encargadas de velar por ella. El que no está, y debería ser el primero detrás de la pancarta porque es el verdadero culpable del embrollo, es Jose Luis Rodríguez Zapatero.

No me cabe duda que muchos miles de catalanes han salido hoy a la calle porque honestamente sienten que de alguna forma se les están vulnerando sus derechos. También sé que éste es un problema viciado por la historia, la mala política (periférica y mesetaria) y los medios de comunicación. Pero el quid de la cuestión es que la democracia consiste en tener unas reglas y aplicarlas, gusten o no. Por eso la gente paga impuestos, no porque quiera hacerlo. En el caso de la Constitución, también hay unas normas que aplicar si se quieren cambiar esas reglas. A los que salen a la calle envueltos en banderas les recomiendo que hagan uso de las mismas.

Demasiados irresponsables se han encargado de repetir hasta la saciedad que cuestionar los graves errores del Estatut era un acto de catalanofobia. Pues bien, la manifestación de hoy es una clara demostración de que una mentira repetida se acaba convirtiendo en una verdad. Las pancartas, las banderas "esteladas" y los manifiestos piden la independencia directamente. Y que Montilla tuviera que salir por piernas tampoco es una buena noticia.

Gracias, señor Rodríguez Zapatero. Usted es la clara demostración de que los elefantes no deben entrar en las cacharrerías. Ahora coge usted los vasos rotos y a ver cómo los pega, a ser posible pensando en el conjunto de su país discutido y discutible y no en sus conveniencias parlamentarias.

P.D: ¿Qué hacemos ahora con todos los estatutos que se aprobaron deprisa y corriendo detrás del catalán a imitación del mismo? ¿Los va a recurrir el PP después de haber colaborado a redactarlos?

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