lunes, junio 13, 2005

Salamanca vs. Carod

Ea, pues ya está liada. Dos pancartas a destiempo y ya tenemos ración doble de diatribas sobre el fascismo, la Guerra Civil, el franquismo y lo de siempre en la palestra mediática. Vayamos por partes: lo de "Carod al paredón" es inadmisible desde dos puntos de vista, el democrático - esto no es libertad de expresión, y de hecho no sé si llega a ser incluso constitutivo de delito lo cual encontraría justificado- y el estrictamente pragmático para los fines de la manifestación. Este tipo de memeces a los de ERC les encantan, les dan la oportunidad de descalificar a la derecha, a los españoles y al PP en su conjunto utilizando sus etiquetas favoritas, y eso les viene de perlas de cara a su electorado y al observador desprevenido.

A ver, lo del Archivo de Salamanca es tan evidente para cualquiera con dos dedos de frente que resulta una pena arruinarlo con las salidas de pata de banco de tres exaltados. Si la Generalitat tiene derecho a llevarse sus documentos con el argumento de que estaba legalmente constituída en el 39, cualquier sindicato, ayuntamiento, partido político o club de mus que estuviera en iguales circunstancias tiene exactamente el mismo derecho a hacer lo propio. Y si nos ponemos así y hacemos extensivo el procedimiento, no va a haber museo, archivo o biblioteca que resista, porque todos se basan en agrupar bienes culturales de diversas procedencias que por circunstancias históricas acaban juntos bajo el cuidado de una institución. Señora Ministra, lo de los centros de estudio de la Memoria Histórica (la suya) y todas esas sandeces están bien como cortinas de humo, pero no son la solución. Ustedes están pagando un precio político, lo único que espero es que encima no lo hagan con gusto.

En cuanto a Carod, estoy convencido de que se encuentra en la gloria. Este señor lleva desde hace bastante tiempo dedicado a la dudosa tarea de tocar los cojones de forma sistemática a un porcentaje nada despreciable de españoles. Cuando el ala más ultra de los damnificados ha dicho "hasta aquí llegamos", ahora toca la santa ira y la cuasi re-proclamación del Estat Català de Maciá. Estos gestos están perfectamente medidos y calculados, y se basan en el principio más antiguo para los agitadores que en el mundo han sido: acción-reacción (o "cuanto peor, mejor"). Este señor vive en la Guerra Civil, para él no existen ni la Transición ni la democracia españolas, y como buen guerracivilista tiene las lecciones bien aprendidas: tensar la cuerda para vender victimismo después y pescar en el río revuelto. El gran misterio es cómo un individuo de esta catadura puede estar condicionando la vida política nacional en el modo en que lo hace. Y lo peor de todo es que la experiencia de tensar la cuerda por los extremos rara vez termina bien para la mayoría. La cual, por otra parte, parece que está más preocupada por las vacaciones y los atascos que por toda la que está cayendo.

Spain is different, cada vez más, y por día que pasa se parece más a lo peor de sí misma. Y Suárez con Alzheimer.

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