martes, octubre 03, 2006

Leonor no reinará

Creo que tanto la Familia Real como los políticos y constitucionalistas se pueden tranquilizar respecto a la modificación de la Carta Magna en cuanto a la sucesión monárquica y la derogación de la ley sálica. Mi opinión es que Felipe VI será nuestro último rey, con lo que tanto da si la cambian como si no. De un tiempo a esta parte, hay un runrún republicano (o antimonárquico, según se mire), creciente y cada vez más visible, con el aplauso y connivencia - más o menos disimulada - de todos los partidos de izquierda y de los nacionalistas. Cualquiera que se dé una vuelta por Internet se dará cuenta de esto diáfanamente.

No tengo nada contra la república, pero vivo en una monarquía parlamentaria que funciona razonablemente, y cuando no lo ha hecho no ha sido por culpa del Rey sino de los gobiernos. Así que este pim-pan-pum no me place ni mucho ni poco, porque es errar el tiro. Es ocioso intentar explicar al respetable las funciones y la utilidad de una monarquía parlamentaria o al menos, de la nuestra. No es sencillo y no me apetece. El que quiera, que lea esto, no creo que pueda expresarme mejor y me ahorro tener que extenderme en argumentos. Lo que me preocupa no es que el pueblo soberano prefiera o acabe prefiriendo una república, sino la supina ignorancia de las obligaciones y méritos de la Familia Real (de la española, no la de Mónaco o la de Swazilandia) que se demuestra en los foros de la red. Para preferir una república, lo primero es conocer las otras opciones, y quien más quien menos se piensa que el Rey se levanta a las 12 del mediodía y se da una vuelta en moto. Aunque tampoco se le puede pedir mucho a la gleba cuando el propio parlamento, al albur de los nuevos tiempos que corren de des-memoria histórica, ha puesto el papel del Rey en el 23-F a la misma altura que el de los bedeles de la Facultad de Psicología de la Complu, por poner un caso. Supongo que no será tan malo el invento cuando lo compartimos con Gran Bretaña, Suecia o Dinamarca, países todos atrasados e incultos, no como nosotros.

Sugiero como ejercicio que miren los comentarios a este post en el blog de Victoria Prego. Es sólo un botón de muestra de que en Internet es imposible hablar bien de la Familia Real. Los argumentos (cuando son tales y no caen directamente en la injuria) siempre se parecen, y curiosamente, junto a la figura del republicano convencido ha aparecido la del monárquico anti-Letizia. Así que la Institución está acosada desde ambos extremos. Creo que el futuro a medio plazo del actual príncipe será la abdicación, dudo que ni él ni su mujer estén por la labor de reinar a contrapelo. Ni puñetera falta que les hace. Como dije en el artículo en que me auto-cito más arriba, el agradecimiento no se hereda. Con Juan Carlos I desaparecerán los juancarlistas y quedaremos sólo republicanos y monárquicos, y éstos son minoría.

Dice un amigo mío que la forma de acabar con las telarañas es matar a las arañas (refiriéndose a los reyes, claro). A eso contesto que las arañas también tienen una utilidad, como eliminar bichos más molestos y peligrosos. Sólo de pensar que la más alta institución del Estado acabe siendo alguien como ZP o como el Aznar de los últimos años se me pone la carne de gallina.

En definitiva, no es el republicanismo el que me molesta, sino la desmemoria, la ignorancia y la mala leche. Aunque no sé de qué me sorprendo.

1 comentario:

fumatadesabores dijo...

Pues sí. Tenemos suerte de tener una tarjeta de presentación en el ámbito internacional que aparte de ser más estable, da menos vergüenza ajena que algunos de nuestros líderes politicos.
Sin embargo, eso es gracias a la suerte de que los de ahora son sensatos, si eso cambiara...no me importaría quedarme sin esa institución que, con la mano en el corazón, parece haber quedado ago rancia y a efectos prácticos se va quedando sin utilidad. Un saludo!