jueves, noviembre 08, 2007

Asco

Algo tiene que ir rematadamente en un país cuando un periodista de un grupo mediático afín al PSOE y hasta no hace mucho al Foro de Ermua (Jose María Calleja) tiene el atrevimiento de decir a otra periodista de un grupo mediático afín al PP (Isabel San Sebastián) que "defiende a la extrema derecha golpista y lleva tiempo engordando a ETA" en un presunto debate en TVE. La extrema derecha golpista no es Tejero ni Blas Piñar, sino algunos medios de comunicación concretos (verbigracia la COPE). Y lo de engordar a ETA se lo está diciendo a una compañera de profesión que está amenazada de muerte y vive con escolta desde hace muchos años.

No hace mucho, otra "guru" del talante, María Antonia Iglesias, le espetó a Antonio Pérez Henares en un debate de Telemadrid que "él era de los que se alegraría si ETA volviera a matar". Después lo negó, pero un repaso al video del programa a petición del interesado reveló que la frase estaba ahí. Por supuesto, nada de lo dicho era injuriante ni ignominioso, sólo un saludable intercambio de pareceres. Aquí el único que insulta y desestabiliza es Jiménez Losantos. Más recientemente, la misma periodista se marchó toda digna de un programa de Canal Sur porque Ignacio Villa (periodista al que profeso poco afecto personalmente) le recordó lo de los suicidas de la SER que nunca aparecieron. Lo cual, aparte de ser verdad, no es un insulto, que yo sepa. Pero, ¡ah!, cuán escuece la paja en el ojo ajeno y qué poquito la viga en el propio.

Es innegable que la COPE esté pasada de vueltas, pero no más que muchos de los que la critican. Si esto es lo que tienen que aportar a la convivencia y a la opinión pública los "plurales" del otro lado mediático, apaga y vámonos. La COPE y en otra medida El Mundo están cargando con el prurito de una radicalidad que en justicia comparten con PRISA, en versión corregida y muchas veces aumentada, pero claro, para eso están la Cuatro, Telecinco, la Sexta, los Wyoming y los Gabilondos: para darle leña a un solo mono. La legislatura se abrió con una trinchera llena con 192 muertos, con tres días de infamia sobre los que me parece a mí que quien más quien menos debería callarse en vez de seguir lanzando granadas de mano.

Tenemos una clase política a la altura moral e intelectual de la periodística, o viceversa, quizás porque uno no sabe muy bien dónde termina la una y empieza la otra. No hay inteligencia, ni respeto. Ni paz, ni piedad, ni perdón. La España de hoy es un asco donde todavía no faltan los langostinos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No creo que se pueda comparar a J.Mª Calleja con María Antonia Iglesias, ni tacharlo de "gurú" del talante. Mucho menos cuando ha sido y es todavía muy crítico con cierta izquierda vasca (y no vasca)en lo relativo al terrorismo. Estoy de acuerdo con el capitán de este barco en que la expresión no fue nada afortunada pero, y lo digo sin animo de disculparla, creo que describe perfectamente el desafecto que se ha abierto paso entre los colectivos de amenazados por ETA que parecen haberse dividido irremediablemente. Sin entrar a valorar las razones de tal división (una discusión que daría para mucho y que yo no voy a abrir) quisiera decir que me parece lamentable. Ya tenemos a los políticos divididos, a las víctimas divididas y a los amenazados divididos. Aquí lo único que no se divide es el mundo de ETA. Lamentablemente, parece que ellos lo tienen mucho más claro que todos los demás. ¿Es que nadie es capaz de plantear unos mínimos a defender por todos? Yo creo que sí, pero me temo que no los políticos ni tampoco los periodistas de la sopa boba. Sean de la cuerda que sean.